Cuando vivimos la hermosa pero retadora etapa del embarazo comienzan a surgir un montón de dudas, sobre qué es normal, qué debería comer, será niña o niño, deseamos con todo nuestro ser que venga sano, que no haya ningún problema, etc.
Con forme van pasando las semanas nuestras dudas comienzan a convertirse en miedos… Miedo a no dañar a nuestro bebé, nos sentimos más cansadas, nuestros pies se comienzan a hinchar, nos cuesta más trabajo dormir….
Pero el miedo más común que presentamos las mujeres embarazadas es el miedo al PARTO, incluidos el miedo al dolor y al daño corporal por el parto vaginal.
Existen muchos circunstancias que una persona deberá tener en cuenta al momento de tomar decisiones relacionadas con su embarazo y el nacimiento. El historial de salud personal, la influencia familiar, el aporte del médico/partera y la familiaridad / experiencia con el nacimiento generalmente respaldan las decisiones que se toman individualmente.
Es importante tener presente cuando la toma decisiones es basada en la falta de conocimiento o información, ya que este es uno de los factores más fáciles de cambiar.
Llegar a tomar decisiones cuando hay poco o nulo conocimiento puede traer como consecuencia resultados que negativos que impactarán para el resto de la vida en la madre y los hijos.
Por ejemplo parto vaginal versus parto abdominal (cesárea), sabemos que la mayoría de las personas, tener parto vaginal es significativamente más seguro que una cesárea. Pero pese a esto, si se carece de información sobre el nacimiento, existe mayor tendencia a temerle al parto vaginal, entonces las personas tienden a tomar decisiones basándose en historias de otras familias, películas e información equivocada de otras fuentes.
El miedo es una respuesta biológica que nos ayuda a mantenernos a salvo de situaciones peligrosas. Sentir miedo es completamente normal y útil en algunos casos, cuando lo percibimos es importante enfocar nuestra atención para poder determinar si es un miedo real o un miedo que posiblemente hemos adoptado de otros. A veces el miedo nos impide avanzar, puede llegar a ser inútil incluso dañino.
Toma tu tiempo y si descubres que las decisiones que estás tomando sobre tu embarazo y parto son fundadas por el miedo y el desconocimiento, saber que siempre puedes cambiarlas. Busca informarte sobre el embarazo, el parto, el postparto, la lactancia y la crianza. Hay muchas fuentes de información hoy en día, como tomar un curso de preparación al nacimiento, libros, páginas de internet, blogs, cuentas en redes sociales que basen su información en la más actualizada evidencia científica, que sea imparcial y apoyen los nacimientos respetados y humanizados.
Mantente informada sobre el parto, esto te va a ayudar a desmitificarlo en algo que no parece tan aterrador o inusual.
Si después de contar con la información te das cuenta que tus miedos siguen siendo demasiado alto que te impide manejarlo por ti sola, busca apoyo profesional, asistir a terapia, un grupo de apoyo durante el embarazo o asesoramiento. Puede existir algo más en ese miedo que es importante vivir acompañada.
